jueves, 18 de septiembre de 2008

el cafecito

nos encantan los diminutivos, pero por qué...
en el caso del cafecito yo creo que es porque invita a la socialización...
El momento del café es cultural, no solo por la geografía, sino como herencia familiar.
En mi casa se toma café, sobre todo después de las comidas, y después de comer, en el trabajo, también hay un café, durante el cual se charla un poco antes de volver a la acción.
El olor a café es familiar, invita a la charla, a la reunión, al cotilleo.
Hoy no tomé café... estoy dormida...

trance


cómo se le llama a ese estado de trance en el que te quedas mirando a la nada, al vacío, sin pensar en nada, en blanco...
tiene un nombre?
no sé cuándo pasa, son un montón de situaciones diferentes, estás viendo algo por la ventana y de pronto pum, te fuiste, viaje astral, estás en algún lugar sin ver nada, sin pensar en nada, y pueden ser segundos, pero en esos segundos pasan mil ideas e imágenes por tu cabeza.
Algo así dice un personaje en una película, no me acuerdo ahora de la película... me queda de tarea.
Esta imagen fue tomada de:

martes, 16 de septiembre de 2008

una ciudad

yo estoy convencida de que para llamar a una "tu ciudad" debes apropiarte de ella. Hay quien tiene la capacidad de apropiarse en meses, hay quien necesita una relación más larga y estable con las calles.
creo que el proceso es como cuando nos enamoramos. Debe haber un detalle que nos impacte, un aspecto que nos haga latir más rápido el corazón, un pum, un clic.
Yo me he enamorado de varias ciudades en mi vida. El primer amor fue y sigue siendo la ciudad en la que nací; el segundo es Lisboa y el tercero aún está en disputa.
Me encantaría por ejemplo que fuera Berlín o alguna ciudad Turca, Iraní o Iraquí.
Con Lisboa fue amor a primera vista, fue solo llegar y sentir que tenía que volver, que ahí había algo para mí. No he regresado aún, pero todavía recuerdo algunas calles, algunos sabores, el río.
Es como recordar la piel del amante, su aroma.

Lo bueno en cuanto a enamorase de una ciudad es que no hay celos y siempre está bien amar a más de una.

el nido

no creo ser solo yo la que lo busque.
quiero un espacio mío, con un aroma mío. que al entrar se me reconzca por cómo está distribuido todo, por cada detalle.
un nido a dónde llegar, a dónde regresar, de dónde partir.
un lugar al que le pueda decir casa, mi casa.

el inicio


este es un intento de encontrarme, de reencontrarme, de mostrarme sin poses, sin fingir, solo siendo quien soy, buscando a quien soy.
puedo ser de mil maneras, pero quiero que todas sean naturales, espontáneas, sin decir lo que otros quieran oír, sin callar incluso lo que preferiría ocultar.

quién dijo que esta sería una tarea fácil?

el anonimato ayuda, no hay duda, veamos si además sirve como fueente de inspiración.